Si eres de los que te gusta el silencio o estar en paz, debes experimentar «el silencio de la madrugada».
Sin duda las horas de la madruga son las más tranquilas, casi en todo el año, con excepciones de fechas importantes de celebración y tradiciones en algunos países.
Pero la tranquilidad que da la madrugada es única.
Es tan sencillo encontrarse con uno mismo en estas horas tan calladas, es en ese silencio, donde también puedes estar con Dios.
Y es que vivimos tan acelerados, en el día a día, los problemas, la familia, la responsabilidades, que a veces no sacamos un pequeño tiempo personal para meditar, para pensar, para analizar, para auto evaluarse pero sobre todo para hablar con Dios.
Los sábados en la madruga (no siempre) por lo menos 1 o 2 veces al mes, disfruto de un buen libro, o avanzó una buena serie, o veo una película, aprovechando el tiempo ya que al otro día probablemente será de descanso, pero también saco tiempo para hablar con Dios.
Y es bueno evaluarse, ver lo que uno está haciendo mal para tratar de mejor, pero sobre todo es bueno estar en el silencio de la madrugada a solas con Dios.
Recuerda que Dios no es para un momento del día, recuerda que Dios es para toda la vida, por eso debes estar más conectado y en comunicación con el.
Yo te invito a que saques un tiempo en la madrugada, prueba un sábado, duérmete temprano y despierta en la madruga, si puedes observa desde tu casa la calle, la ciudad, observa cómo todo está en calma, cómo se siente esa paz.
Trata de entender en ese momento, en ese silencio que te regala la madrugada, que todo tiene solución, que no importa lo difícil que se vea una situación, tú puedes salir de ella y retornar a la calma.
Piensa en ese momento que estás solo o sola, que Dios está contigo, y aprovecha ese encuentro entre ustedes dos, siente la paz que te brida esa hora y siente el amor de Dios.
Yo disfruto estos momenticos, donde el hablar no es necesario, donde se siente hasta la propia respiración y la presencia de Dios.
Te invito a que pruebes y luego me digas qué tal te fue, con el silencio de la madrugada.